Cuando la cantidad ingerida de alimentos (y de energía) necesaria para el desarrollo del niño es inadecuada, puede haber peso bajo. Sin embargo, aun cuando el peso sea normal, un niño puede esconder una carencia nutricional.
El niño malcomedor se caracteriza principalmente por su mala actitud a la hora de comer:
- Poca variedad y poca cantidad de alimentos. Raciones pequeñas y siempre el mismo tipo de alimentos.
- Negarse a probar alimentos nuevos. Algunos grupos de alimentos suelen ser rechazados (como por ejemplo verduras y frutas). Otros como los lácteos, suelen ser los únicos aceptados.
- Hacerlo con excesiva lentitud y normalmente con muchas interrupciones. Presentan una conducta extravagante o fuera de lo normal durante la comida.
- Mostrar desinterés en general por la comida.
La solución al problema es la educación alimentaria, es decir, lograr que el niño adquiera hábitos alimentarios correctos y que los mantenga en el tiempo. Se requiere mucha perseverancia y paciencia y puede resultar un largo proceso que se consolidara tras pequeños logros mantenidos. Hay que asumir que se precisará de un tiempo de aprendizaje y, en el caso que exista un aporte nutricional deficitario, será un muy buen recurso utilizar un suplemento alimenticio. Así, se aseguraran los aportes nutricionales mientras se está educando en la alimentación.
Un suplemento alimenticio permite de este modo que los padres estén más tranquilos y puedan ejercer mucho mejor una correcta educación alimentaria-nutricional.
A continuación te presentamos situaciones típicas que surgen durante la comida en niños malcomedores y te damos más sugerencias para superarlas.
Mi hijo no para quieto mientras come
A menudo los niños juegan mientras comen, interrumpiendo la comida del propio niño y de los adultos que le acompañan. No se trata de niños que no quieran comer, normalmente se distraen y prefieren jugar a comer. Ante esto:
- No dar de comer entre comidas.
- Comer en un lugar fijo, manteniendo los mismos sitios para cada familiar.
- Comer en familia y todos sentados, en caso de que el niño coma solo es importante que el adulto que le ayude esté sentado para darle ejemplo.
- No dejarle juegos cerca, comer es un acto en sí mismo.
- Anticipar todas las conductas que luego él puede demandar: lavarse las manos, ir al cuarto de baño,…
- Antes de empezar recordar las normas básicas, aquello que esperamos de él:Reforzarle positivamente cada vez que esté sentado.
- Ha de comer sentado
- Acabárselo todo en el tiempo marcado
- No ha de jugar con nada
- Reforzarle positivamente cada vez que esté sentado.
- Cuando se levante, no hacerle caso ni decirle nada.
- Quitarle el plato de comida cuando todos hayan acabado y se considere que la hora de comer ha terminado.
- Entre plato y plato, si está nervioso, puede ayudar a traer el segundo plato, ir a buscar agua… siempre acompañado de un adulto lo que impedirá que por el camino se distraiga con otra actividad.
Mi hijo es muy lento
Otro problema importante es el tiempo que se dedica a las comidas.
A menudo los adultos le podemos dedicar poco tiempo a las rutinas alimenticias. Este tiempo puede ser suficiente para nosotros pero no siempre lo es para los niños y más si queremos que aprendan a comer solos. Es importante ver si el tiempo que dedicamos a la comida es el necesario y correcto para nuestros hijos. No todos los alimentos necesitan el mismo tiempo de ingesta, va a depender mucho del tipo de alimento y de las preferencias alimenticias del niño.
- Llenar poco el plato, es preferible que pida más y repita.
- Es importante que acabe lo que tiene en el plato.
- Evitar elementos distractores.
- Utilizar un reloj para hacerle ser consciente del tiempo que emplea para comer.
- Marcar el tiempo que tiene para comer.
- Acabar la comida con el resto de la familia aunque no termine el plato.
- Reforzar positivamente cuando cumpla el tiempo marcado.
- Tener en cuenta que no siempre el niño tiene el mismo apetito.
Mi hijo se niega a comer
En ocasiones nuestro hijo se niega a comer un tipo concreto de alimento o no quiere acabar lo que ha empezado en el plato.
- Localizar el tipo de alimento, o la forma de cocción que genera el rechazo.
- Mezclar tipos de alimentos diferentes.
- Enmascarar el gusto de los alimentos que no quiere con otros que le gusten mucho.
- Asegurarse que siempre hay alimentos que le gusten para reforzar.
- Dar inmediatamente después de un alimento que no le gusta otro que sí le gusta.
- Ir aumentando progresivamente, una vez ya lo va aceptando, la cantidad de alimento que no acepta.
- Reforzar positivamente cada vez que el niño ingiere un alimento no deseado.
- Cuando no quiere comer y se queja, no hacerle caso.