Qué bien lo pasamos en Navidad. La familia, los amigos, el aperitivo, las comidas, las cenas… Y cuando te quieres dar cuenta la báscula te muestra señales de alarma. No te preocupes, te enseñamos cómo quitarte los kilos de más que has ganado en Navidad. Antes de nada debemos saber que los milagros no existen y que las dietas que te prometen quitarte varios kilos en unas semanas no son más que la antesala de un efecto rebote que te dejará con más redondeces que al principio. La perdida de peso no es solo la diferencia entre las calorías que se consumen y las que se queman, influyen también una serie de factores que "educan" al cuerpo para que la pérdida de peso sea algo mantenido y no lleguemos a la operación bikini con demasiadas prisas.
1. Come de forma saludable.
No pienses tanto en las calorías como en la calidad de los alimentos. Tu cuerpo se encargará de poner de su parte si sigues este consejo. Reducir la ingesta de calorías es la forma clásica de afrontar el problema pero no funciona para el largo plazo. Que es lo importante. La restricción calórica aumenta el apetito y produce una ralentización metabólica. Es biología. No lo podemos cambiar. Así que lo importante es eliminar los alimentos híper procesados y aumentar los alimentos sin refinar. En otras palabras: punto 1, empieza a comer más sano.
2. Cambia de alimentos.
Que es una consecuencia del punto 1. Sustituye los hidratos de carbono procesados por frutas (enteras), verduras, hortalizas y legumbres e incluye un aporte adecuado de proteínas. Hay alimentos con grasas que son fundamentales para nuestro organismo y que mucha gente los borra de su lista en cuanto quiere adelgazar: aceite de oliva, frutos secos, lácteos… La grasa es saciante y la de estos productos es fundamental para nuestro cuerpo. Apúntate a la "moda vegie" aunque solo sea de forma parcial. Recuerda que necesitamos de los nutrientes de la carne y el pescado, pero si podemos reducir en parte el consumo de carne roja y de carnes con abundante grasa por vegetales, no solo perderás peso sino que estarás reforzando tu organismo.
3. Come con cabeza y a su hora.
La planificación de las comidas es importante a la hora de perder peso. Seguro que has oído hablar alguna vez de los beneficios de hacer 5 comidas al día. Poca cantidad en varias ingestas y que la última no sea demasiado tarde y te vayas a la cama con excesos de energía que no vas a poder quemar. Si en la mayoría de esas comidas puedes incluir ensaladas, verduras, frutas y yogures desnatados sería perfecto. Y recuerda que comes más veces ingiriendo menos alimento en cada una de ellas. Nada de hacer 5 comidas de dos platos y postre.
4. Haz ejercicio.
No se trata de convertirlo en uno de esos propósitos de nuevo año que nunca se cumplen. Se trata de generar un hábito. Se empieza poco a poco, cada uno dentro de sus capacidades y se va aumentando de forma gradual. Puedes pasear, correr, andar en bici, nadar o realizar ejercicios aeróbicos en el gimnasio o en el salón de casa. Y recuerda que el ejercicio no solo va ayudar a tu cuerpo sino también a tu mente.
5. Descansa.
Puede parecer una contradicción, si estás quieto no quemas calorías. Pero no es así. Primero porque el órgano que más gasto calórico genera es el cerebro, así que el descanso también adelgaza (o al menos no tiene por qué engordar). Pero además, descansar poco puede tener una respuesta metabólica que contribuya a aumentar el peso con riesgo de padecer obesidad y las patologías asociadas a ella.
Como ves, son unos trucos sencillos basados en el sentido común, la concienciación y la constancia. No son mágicos ni dan resultados inmediatos porque perder peso requiere esfuerzo y mantenerlo está basado en hábitos. Pero si los sigues verás que poco a poco y de forma sostenida irás bajando de peso y, lo más importante, lo mantendrás, que es el mayor problema de las personas que tienen problemas de sobre peso.
Come sano, no te atiborres, vigila el alcohol, los azúcares y las grasas, haz ejercicio y empieza a vivir una vida más sana. Tu cuerpo te lo agradecerá.