¿Te has dado cuenta que nos hemos convertido en una sociedad sobre protectora con los niños y, sin embargo, cuando se trata del sol del que conocemos su peligrosidad nos lo tomamos con una desidia temeraria?
Cuidado con las flores que pinchan, cuidado con el helado que mancha, cuidado con el balón que te vas a hacer daño, cuidado con el perro que muerde, cuidado con el columpio que marea, pero ale, vete a jugar un rato a la orilla con este poquito de crema que te vas a poner moreno y vas a tomar Vitamina D. ¿Te suena?
Pues lanzo la advertencia: una quemadura solar con ampolla en la piel de un niño duplica las posibilidades de que desarrolle un melanoma. Así que vamos a ver paso por paso qué hacer para proteger a nuestros hijos también del sol antes de que sea tarde.
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¿Pueden los niños tomar el sol?
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No deberían. Su piel es más delicada que la de los adultos y los efectos del sol son más dañinos. Esto no significa que deban estar en casa metidos pero sí evitar las horas más fuertes de sol e ir a la playa o a la piscina a primera hora de la mañana y a última de la tarde.
Pero recuerda que primera hora de la mañana no son las 11. En España llevamos 2 horas de retraso con el horario solar así que a las 11 ya deberíais estar a la sombra.
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Protector solar para niños.
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A los niños menores de 6 meses no se les debe aplicar ningún tipo de protección solar. Deben estar a la sombra protegidos del sol.
Hasta los 3 años se les deben aplicar protectores físicos, no químicos, que reflejan la radicación en la piel sin penetrar en ella. Tienen el hándicap de que al no penetrar en la piel son más difíciles de extender y la crema queda visible, pero al ser una capa física son activos desde el mismo momento en que se aplican y no se necesita media hora para que hagan efecto como en los protectores químicos.
De 3 años en adelante ha de utilizarse protección 50 y especiales para niños, no les demos las cremas de los adultos. Al niño que la crema huela a flores le da igual y puede provocarle o desencadenarle alergias.
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El agua y los niños.
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Los niños se bañan continuamente. A veces incluso no hay una separación clara entre estar bañándose y estar jugando. Entran y salen todo el rato. El agua puede hacer efecto lupa lo que incrementa el riesgo de quemarse, y los protectores físicos aguantan peor el agua, por lo que habrá que estar dándoles crema de forma constante cuando veamos que esta va desapareciendo de su cuerpo.
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¿Con la crema están protegidos totalmente?
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No, es una prevención pero no una solución definitiva. Si llevan ropa que les cubra una buena parte del cuerpo mejor. Seguro que has visto o has vivido en tus propias carnes lo de bañarse con camiseta. No es cómodo, pero es efectivo y los niños tienen menos problemas de incomodidad que los adultos. La camiseta les protege y les mantiene frescos. Aunque no todos los tipos de tela protegen igual. De hecho hay camisetas preparadas para ello y en la etiqueta señala la protección que ofrece.
Eso sí, si después el niño se va a poner a la sombra le quitamos la camiseta para que no se enfríe y le aplicamos la crema.
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¿Algún consejo más?
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Sí, todos estos:
· En los días nublados el sol también quema. Baja el índice, pero no desaparece.
· La radicación UV también afecta a los ojos. No están de más las gafas de sol.
· La piel clara es más sensible a la radiación y necesita más cuidado.
· El bronceado no protege del sol. El niño se quema aunque esté moreno.
· Las quemaduras son acumulativas y la piel tiene memoria.
· Cuanto más cortas son las sombras, más peligros es el sol.
· La mejor protección contra el sol es la sombra.
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El consejo profesional.
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Como en todo lo relacionado con la salud leer e informarse es importante. Pero lo es mucho más hablar con profesionales de cada caso individual. Así que si tienes cualquier duda sobre el sol y cómo proteger a los niños de sus consecuencias, en Farmacia Parque Rioja estamos para ayudarte e informarte de todo lo que necesites.
