Dermatitis atópica

Dermatitis atópica

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La dermatitis atópica se debe a una reacción de hipersensibilidad en la piel, que lleva a una inflamación cutánea, picor, sequedad y enrojecimiento prolongados. Aproximadamente uno de cada veinte niños padecen dermatitis atópica, si bien, se ha observado un incremento de esta enfermedad.

Aparece a partir de los dos ó tres meses, aunque suele desaparecer con la edad. En el 50% de los casos disminuye tras la primera fase (hasta los 3 años), y un 75% curan en la pubertad.

Se presenta con lesiones eccematosas y eritematosas, la piel muy seca e intenso picor (prurito). En los niños, la erupción es seca, correosa y liquenificada (descamativa). Las lesiones se suelen localizar en la cara, el cuello y la parte superior del tronco; también aparecen en los pliegues de los codos y las rodillas. Tanto el tipo de erupción como el lugar donde aparece dependen de la edad del paciente: en lactantes es más frecuente que se presente en cara, cuero cabelludo y tronco, mientras que en adolescentes y adultos la erupción se observa con mayor frecuencia en el interior de las rodillas y los codos.

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No se conoce su causa, pero se cree que influyen componentes genéticos y ambientales como son el polen, los ácaros, el polvo, la contaminación, el contacto con determinados metales, etc.

En la actualidad no se dispone de fármacos que garanticen la curación definitiva, pero existen tratamientos específicos para aliviar los brotes y el prurito. Además, gran parte del esfuerzo terapéutico ha de dirigirse a hidratar la piel por medio de baños y, luego, a retener la hidratación mediante la aplicación de sustancias hidratantes (emolientes) inmediatamente después del baño. Esto no solo mejorará la enfermedad, sino que además los sucesivos brotes serán más espaciados en el tiempo y menos intensos.

Tratamiento

✔ En caso de brote agudo:

Para el tratamiento farmacológico bajo prescripción médica, se pueden usar corticoides tópicos para controlar la inflamación del brote agudo. Los eccemas exudativos requieren formulaciones con efecto secante (lociones y geles), mientras que los eccemas descamativos se combaten con productos más grasos (pomadas y emulsiones). Los antihistamínicos orales, sobre todo los que poseen un efecto sedante, y algunosl preparados emolientes antipruriginosos pueden usarse como terapia coadyuvante de los corticoides tópicos. En lugar de los corticoides tópicos, se pueden usar medicamentos inmunosupresores como pimecrolimus o tacrolimus. Para tratar las posibles infecciones se administrarán antibióticos tópicos y/o sistémicos en función de la gravedad y extensión de las lesiones.

✔ Tratamiento para mantenimiento:

Se administran preparados hidratantes y emolientes. En la formulación suelen incluirse ácidos grasos esenciales (gammalinolénico, linoleico, etc.), alantoína, aceite de rosa mosqueta, caléndula, manzanilla y áloe vera, y extractos de centella asiática. Hay que prestar atención también a los geles de baño ya que la mayoría contiene jabones o detergentes fuertes que irritan todavía más la piel. El uso de un buen gel específico para la dermatitis atópica es igual o más importante que el uso de cremas hidratantes.

✔ En caso de presentar picor:

Es fundamental evitar el rascado, ya que agrava las lesiones. Cuidar de la piel en casa puede reducir la necesidad de medicamentos.